La naturaleza nunca se disculpa por su forma.
El océano no pide permiso para ser vasto.
La montaña no se cuestiona su volumen.
Las flores no compiten entre sí.
Cada una existe, y eso basta.
Cuando hablamos de tipos de cuerpo, muchas mujeres sienten que una forma es “mejor” que otra. Pero si miras la naturaleza, nada funciona así. Todo tiene propósito:
• Los árboles altos dan sombra.
• Las raíces profundas sostienen.
• Las curvas del río permiten el flujo.
• Las laderas suaves protegen la tierra.
Tu cuerpo también está diseñado con un propósito.
Reloj de arena
Como una ola que avanza y retrocede, equilibrada y fluida.
Triángulo o pera
Como la tierra fértil: fuerte en la base, estable, llena de vida.
Triángulo invertido
Como un acantilado: firme arriba, resistente al viento, majestuoso.
Rectángulo
Como un tronco de bambú: recto, versátil, elegante sin esfuerzo.
Ovalado
Como una colina suave: refugio, calidez, belleza que conecta.
La moda no está para cambiar la naturaleza de lo que eres, sino para acompañarla.
Un vestido, un body, una prenda de control… son solo herramientas para resaltar la forma que ya es perfecta desde su origen.
Cuando entiendes tu tipo de cuerpo desde la naturaleza, pasas de juicio a admiración.
